Dile cuál es tu 1%
Me llamas para contarme la tremenda bronca que habéis tenido y dices que lleváis sin hablaros desde entonces. Nada más que para organizaros con los niños, las compras y las tareas de casa. Pero no habéis vuelto a hablar del tema. Tú estás cabreado: que si mira como te habló ella, que fíjate lo que te dijo delante de todos, que podía haberte hablado de otra forma, que no tiene derecho a tratarte así, que estás harto... Te escucho y creo entenderte más o menos. Seguramente tienes tus motivos para haberte enfadado. Ahora me preguntas qué hacer, que no te gusta llevar así varios días, que encima ella se ha enfadado porque tú te enfadaste y así la cosa se va enfriando cada vez más. Me preguntas cómo volver a la calma, cómo limar asperezas, cómo derretir el hielo. Recuerdas algún otro episodio parecido a este. Cuando has vuelto a sacar el tema, habéis vuelto a discutir, prorrogando así en el tiempo este desierto polar. Así que de ninguna manera crees que sea una buena id...