¿Es una fábula la navidad?
Algo de miedo tengo, lo confieso. Temo que, después de leer este articulillo, una señora iracunda me reconozca durante la cabalgata de reyes y se líe a paraguazos conmigo. Como seguro que acude a la cabalgata con un paraguas de esos grandes para ponerlo del revés y recoger todos los caramelos que caen a su alrededor, la tunda puede ser épica. Pero no puedo dejar de contarlo. Algunas veces un padre o una madre me preguntan cuándo les dije yo a mis hijos “lo de los reyes magos”. Lo dicen así, bajito, con la boca torcida, mirando a los lados con esa expresión entre cómplice y temerosa con la que los espías hablan en las películas cuando se encuentran en la esquina de un callejón en medio de la niebla y entre cubos de basura destapados. Yo les digo la verdad, que nunca les dije “lo de los reyes magos” porque siempre lo supieron. Desde que son pequeños los llevé conmigo a comprar el regalo que su madre iba a tener el día de re...